viernes, 11 de diciembre de 2009

Donde hay confiaza...

Viernes, cinco y media de la tarde. Un señor mayor se levanta de la silla y me indica que me siente donde antes estuvo él. Paga. Se pone lenta y melancólicamente el abrigo. Mi peluquero de toda la vida termina de limpiar las tijeras.

Durante unos segundos me mira y dice:
- Ah... me acuerdo de cuando era joven y también tenía un buen pelo.

A lo que el peluquero responde:
- No te creas, a éste tampoco le queda mucho.

No hay comentarios: