Ping Blog

Pues más de un mes sin actualizar el blog y creciendo... hasta ahora. Algo tenía que hacer, ¿no? La cuestión es que últimamente no me ha pasado nada especial digno de mención (y mira que he buscado a ver si me encontraba una galleta con la cara de María o si la gotera seca del techo cogía forma de Jesucristo... pero ni aún así).

La cuestión es que últimamente llego a casa y lo único que me apetece es no utilizar el ordenador (sí, para muchos sería lo que no me apetece pero así de chulo soy yo). Estaréis pensando que ando de trabajo hasta el cuello y que por eso llego a casa con un cansancio tal que no me apetece más que cojer una mantica a rayas, encender un braserillo y recostarme en el sofá cual gatico en su cestita junto a la estufa... pero tampoco. Bueno, tampoco hasta hace un par de días.

Desde hace un tiempo me he acostumbrado a trabajar sólo con un jefe de proyecto. Más bien, tengo un jefe con más cargo que JP que nos lleva a varias personas y cada una andamos con nuestras batallas particulares. Esto no está del todo mal hasta que tienes que hacer cosas que no sabes ni por dónde agarrarlas. Y joder, que cuando digo que ni por dónde agarrarlas es que no hago más que leerme documentación en inglés (cosa facilísima debido a mi grandísimo nivel que me sirve para decir Ai don tespikinglis veri güel, sorry) y ver cómo pasan las horas mientras mi nivel de desesperación crece. Y es que el ser informático no implica saber todo lo sabido y por saber de la misma.

En fin, que voy a ver si me voy al sofá, me cojo una mantica (que ya empieza a hacer frío) y pongo un poco de telebasura de esa que no te hace pensar demasiado. A ver si con suerte en diez minutos estoy ronroneando un poquito.